Dicen ser del verano lo contrario al invierno.
Pero el frío no entiende de meteorología,
sólo de las palabras que el miedo vacía,
pues nacen en suspiros y mueren en lo interno.
Yo callaré de nuevo, cuando al verte palpite,
fingiendo una sonrisa casi indiferente.
Y tú amarás mis gestos, como si de repente
quisieras refugiarte y hacerlos tu escondite.
Habrá un brillo en la luna que contigo combine,
llenándome de magia, robándome el sentido.
Notaré melodías, aunque sean ruído,
querré comenzar algo y que nunca termine.
Especial quiero serte, ¿no lo anhelamos todos?
Y aunque calor emane de las ganas unidas,
mi colchón rebosa ausencia de noches prohibidas.
Especial para nadie somos, de todos modos.
Samuel Álvarez Conejos