Mira a la luna imponente,
de zafiro viste hoy,
su mirada vehemente
me intimida el corazón.
Sus caricias atrevidas
son reflejos del fulgor,
en su seno el frío anida,
en su halo su calor.
Mira al mar embravecido,
dime quién lo calmará,
quién detendrá sus gemidos,
privarle su libertad.
Dime cuántas olas rompen
bramando en la oscuridad,
dibujando el horizonte
donde siempre volverán.
Mira al cielo inmenso y dime
dónde nace su color,
¿sobre una luna sublime,
o aún más allá del sol?
Dime en qué lugar se esconden
las respuestas al amor,
mira al cielo y dime dónde,
dónde hay lugar para dos.
Samuel Álvarez Conejos
Gracias por compartir sueños
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