Quizá lo llegues a entender algún día,
por difícil que ahora parezca,
y es que fue por ti.
Todo fue por ti:
Decidir acercar el invierno,
congelar el corazón y no mirar atrás.
¿Nunca has sentido mis gritos mudos nombrándote?
Haberme convertido en quien hoy soy
y vivir desorientado
es solo una consecuencia inevitable.
Lo único que siempre me ha importado
es que tú seas capaz de seguir adelante,
sin mí,
como lo has hecho.
Parece que, al final, conseguí lo que quería,
menos a ti.
Samuel Álvarez Conejos
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