Han perdido valor las
palabras “amor” y “siempre”
por usarse en
momentos inadecuados
y, aunque me he
cansado de escucharlas continuamente,
vuelven a tener
sentido a tu lado.
Es una locura
quererte, como lo es el amor y como lo es la suerte,
la suerte de haber
encontrado tu amor
y la locura de pensar
en amarte siempre.
Es por el roce de tus
labios que mi boca está en un sueño
y necesito sentir
cómo bajan desde mi oreja hasta mi cuello.
Mi piel se seca
lentamente mientras tu boca está tan lejos,
oh, maldita
distancia… se ahoga mi alma en deseo.
Mis manos se han
hecho adictas a acariciar tu suave pelo,
a abrazarte, en tus
abrazos, y a rodear todo tu cuerpo.
No olvidaré tu
mirada, que me hace subir hasta el cielo
y esperaré,
ardientemente, hasta poder verla de nuevo.
Incluso mi corazón se
ha ligado a estos sentimientos,
ahora dominan mi
mente y no puedo detenerlos;
se han adueñado, junto
a ti, de mis pensamientos
pero no haré
resistencia y los guardaré muy, muy adentro.
Empiezo a creer que
el destino juega a nuestro favor
y me arriesgaré a
creer en esta aventura,
pues vuelvo a sentir
vida y fuego en mi corazón
y así él prefiere llamarlo: "suerte, amor y locura".
y así él prefiere llamarlo: "suerte, amor y locura".
Samuel Álvarez Conejos
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