12 de noviembre de 2015

Retales de pensamientos


Imagina sólo por un momento
que el mar embravecido halla la calma.
Imagínate que voy a tu encuentro
y que, una vez más, tu amor me abraza.
Imagina que los rencores mueren
y que todas nuestras lágrimas cesan,
y que nuevas sonrisas amanecen
llenando de melodías mis letras.

Imagínate rotos los espejos
y encontrándonos a nosotros mismos,
descubrir que -quitados los complejos-
tampoco es que seamos tan distintos.
Imagina que vuelvo a encontrar fuerzas
en la música que tu nombre inspira;
canciones desesperadas y eternas
que consiguen devolverme la vida.

Imagina que al fin
dejo de fingir que cada poema 
arrancado de tu esquiva mirada
son tan sólo palabras.


Samuel Álvarez Conejos

29 de agosto de 2015

Consejos omitidos


Jamás nadie nos dijo
que, en ocasiones, vienen tormentas
en las que no hay cobijo,
sólo abrazarte a tientas
y buscarte al perderme, si te ausentas.

Que el perdón es urgente
nadie nos contó, ni dio la noticia;
que no nos es prudente
reclamar la delicia
de venganza con disfraz de justicia.

Del tiempo y sus heridas,
del desvanecimiento de las horas
en años convertidas,
que lloro si tú lloras…
sólo yo te aviso aunque sé me ignoras.


Samuel Álvarez Conejos

29 de abril de 2015

Amorfo poema de amor


Verte es resurgir mi conciencia de las cenizas,
y comprender que se me pasa la vida
pensando que los años corren en vano a nuestro paso
y que seguimos tan solos como entonces,
cuando la primavera sellaba el ocaso en nuestros ojos
y asentaba su olor sobre nuestros cuerpos desnudos
para así entender que, mientras nuestra mirada siguiese unida,
la distancia nunca sería la razón de nuestra soledad ni lejanía,
y que el amor que profesaban nuestras remotas caricias,
tan etéreas e intangibles como la sombra del fuego
-aquél fuego incendiario que preferimos no atenuar-,
era lo único que necesitábamos para existir, y nada más.
Pero todo sueño tiene su despertar,
y ahí seguimos, mirándonos de lejos,
cada uno a un extremo de la eternidad.


Samuel Álvarez Conejos

10 de marzo de 2015

Lo único que tengo


Esperas insomne una bella poesía
que te impregne adonde la vista no alcanza;
la esperas -aunque no cese su tardanza-
como agua de lluvia el desierto ansía.

Nada puede embriagar la copa vacía,
y habrás de perdonar esta malandanza;
lo más bello que hoy me queda es la esperanza
que seguiremos sumando un nuevo día.


Samuel Álvarez Conejos

14 de enero de 2015

Dame un abrazo



Ven, ven y dame un abrazo,
uno salvaje y eterno,
quizá así, en este invierno,
trae del verano un retazo.

Un abrazo quizá baste
para acallar la conciencia,
superar la inexperiencia
y subsistir al desgaste.

Ven, ven a mi encuentro
y sólo abrázame mucho,
da igual si me despelucho
si me solventa por dentro.

Un abrazo es suficiente
si el alma va adjunta al mismo;
brotará agua del abismo
si este abrazo es una fuente.


Samuel Álvarez Conejos
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