Ahora que encontré mi lugar
y le di a mi vida otro sentido,
que ya no me sentía perdido
en el mar de mi inseguridad.
Ahora que volvía a dormir
y olvidé el transcurso de los años,
el sabor de besos y fracasos
que me prometí no repetir.
Ahora que dejé de creer
en quimeras y enamoramientos,
que a mí mismo me sigo mintiendo
para no permitirme caer.
Ahora apareces tú, sin más,
con tu sonrisa de media cara
y ojos cansados en la mañana,
pidiendo caricias sin hablar.
Te aproximas a curiosear
el poco criterio que le queda
a esta mente gastada -mas cuerda-
en la que te has empeñado a entrar.
Ahora me tientas a consentir
el afán de estas manos inquietas,
busconas de placer y problemas
que sólo logran encontrar en ti.
Ahora me vuelves a enseñar
lo que ya había desaprendido:
el calor de un cuerpo junto al mío
hasta que el sol los quiera despertar.
Y ahora se te ocurre leer
y me pides que yo algo te escriba,
sin saber que tu nombre es la firma
que estos versos graban en mi piel.
que estos versos graban en mi piel.
Samuel Álvarez Conejos
Ahora es el momento de volver a empezar...
ResponderEliminarGaniel leerte Samuel. Fuerte el abrazo, felices fiestas y gracias por estar estos últimos meses constantemente.