Quisiera conocer el amor
que se esconde en nuestra vasija
y romper la coraza inquebrantable.
No atender a razones,
ni dar explicaciones
por cada beso que te regale.
Cogerte de la mano
y, vendados nuestros ojos,
caminar sin dirección.
Descubrir horizontes
que desordenen nuestra rutina,
emborracharme de tu olor.
Quisiera desnudarte
sin tener que desvestirte,
leer cada hoja de tu libro.
Llenar de sueños tus horas,
ahondar en tus pupilas negras
y ser la razón de su brillo.
Quisiera conocerte,
ver las fotos de tu comunión
y enamorarme de tu pasado.
Ser el amanecer de tus lunes,
tu hogar definitivo
y el lugar de tu descanso.
Dejar a un lado las costumbres
y mojarnos en la tormenta
olvidando el móvil en el salón.
Acompañarte en esto de vivir
y curarnos en cada abrazo
creciendo al ritmo de nuestra canción.
que se esconde en nuestra vasija
y romper la coraza inquebrantable.
No atender a razones,
ni dar explicaciones
por cada beso que te regale.
Cogerte de la mano
y, vendados nuestros ojos,
caminar sin dirección.
Descubrir horizontes
que desordenen nuestra rutina,
emborracharme de tu olor.
Quisiera desnudarte
sin tener que desvestirte,
leer cada hoja de tu libro.
Llenar de sueños tus horas,
ahondar en tus pupilas negras
y ser la razón de su brillo.
Quisiera conocerte,
ver las fotos de tu comunión
y enamorarme de tu pasado.
Ser el amanecer de tus lunes,
tu hogar definitivo
y el lugar de tu descanso.
Dejar a un lado las costumbres
y mojarnos en la tormenta
olvidando el móvil en el salón.
Acompañarte en esto de vivir
y curarnos en cada abrazo
creciendo al ritmo de nuestra canción.
Samuel Álvarez Conejos
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