Sabes que estoy muriendo, ¿verdad?
por tu abrazo, pero no te importa;
sabes que me oprime esta oquedad
y que suelo comer de tus sobras.
Sabes que se consume mi piel
y que se está secando mi boca;
día y noche juegas tu papel
y yo pienso en ti, como un idiota.
Sabes que aún nadan en el mar
las olas que guardan nuestros besos,
y aun sabiendo que no se ahogarán
prefieres mantenerlo en secreto.
Que te echo en falta, lo sabes bien,
tu indiferencia es mi desconsuelo.
Por saber, sabes que mentiré
cuando preguntes por estos versos.
Quizá sea mi error desear lo que no está a mi alcance,
Quizá sea el tuyo al no apreciar lo que tienes delante...
Samuel Álvarez Conejos
Samuel Álvarez Conejos
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