Cuando sube la marea
y el horizonte se acuesta
surgen dudas sin respuesta;
enciendo la chimenea.
La dicción que el fuego humea
me ilumina y me contesta,
su armonía queda expuesta
y su voz me canturrea:
“¿Quíen prevendrá tu caída?
La noche todo subvierte,
te da la fruta prohibida.
La sabia edad te despierte;
y el horizonte se acuesta
surgen dudas sin respuesta;
enciendo la chimenea.
La dicción que el fuego humea
me ilumina y me contesta,
su armonía queda expuesta
y su voz me canturrea:
“¿Quíen prevendrá tu caída?
La noche todo subvierte,
te da la fruta prohibida.
La sabia edad te despierte;
misterios hay de la vida
que sólo aclara la muerte."
que sólo aclara la muerte."
Samuel Álvarez Conejos