Han sido tan buenos
todos los momentos
que hemos podido
estar a tu lado,
tantas sonrisas que
lograste sacarnos
y tanto amor el que nos
has dado,
que se hace extraño
verte ahora tan quieto
mientras sentimos tus
caricias en la dulce brisa,
descansando para
entrar en el cielo
y dedicándonos tu
última y eterna sonrisa.
Damos a Dios gracias
por todo el tiempo
que nos permitió compartir
contigo,
nuestro iaio, tan
querido,
y por el amor con que
siempre nos has cuidado,
por la marca que has
dejado en nuestros corazones
y por la felicidad
que siempre nos has brindado.
Te queremos, tu
familia y amigos,
y queremos compartir
este momento contigo.
Ahora es tu tiempo de
descansar eternamente
pero sabemos que, de
algún modo,
estarás con nosotros
constantemente,
tus recuerdos y
palabras siguen vigentes.
Fuiste un gran hombre
y un gran referente,
Juan Conejos Puchal,
te amaremos por siempre.
Samuel Álvarez Conejos