18 de marzo de 2010

Frío



Hoy he sentido por primera vez frío
sin estar desabrigado y en medio de la cuidad;
la sensación de soledad por no estar contigo
me ha dejado vacío, ya no hay nada más.
No hay lágrimas, aunque quieran salir,
ni más ganas de perder el tiempo en ti,
estoy vacío dentro de mí,
mi único aliento lo dedico a escribir.
Se fueron las fuerzas y las ganas de huir,
retroceder o avanzar, todo me recuerda a ti...
Maldigo la hora en que un día te conocí,
maldigo el lugar y al diablo, que sigue aquí
susurrándome cada palabra
que con rencor escribe mi corazón,
recordándome cada momento
en que no le hice caso a la razón.

Hoy la bola de cristal se ha roto
y mi corazón no sabe a dónde mirar,
será que el futuro se ha vuelto monótono
y se ha acostumbrado a no mirar atrás.
Hace tiempo se juntaban el bien y el mal
y jugaban a todo o nada -pura suerte y azar-;
un día el bien se cansó de jugar
y desde entonces el mal no paró de ganar...
Mi esperanza está en que de nuevo
el bien se decida a actuar,
hasta entonces seguiré con el miedo
y la incredulidad de que nunca podré cambiar.
Mientras tanto aquí sigo apostando
con dados borrosos que siempre me harán perder,
hoy la noche es oscura y estoy pensando
que no sé si quiero volver a ver amanecer...


Samuel Álvarez Conejos

3 de marzo de 2010

Nada cambió


Sigo siendo el mismo cobarde
incapaz de decir lo que pienso,
incapaz de mirarme al espejo
sin ver los defectos que sobresalen.
Sigo siendo el mismo iluso
creyendo que algo en mí cambiará,
que algo hará mover la realidad;
nada he visto hasta hoy cambiar su curso.

Podría intentar ser diferente -lo hice-,
podría buscar algo bueno que haya en mí,
pero nadie puede en su juicio cambiar su origen,
estoy condenado a amar en silencio hasta el fin.
No hay nada más que quede ahora,
ni fuerzas, ni ganas, ni valor;
tan sólo conservo la viva imagen
de aquél niño que ya se hizo mayor.


Samuel Álvarez Conejos

2 de marzo de 2010

Si tan sólo


Quisiera despertar de esta pesadilla,
abrir los ojos y sentirte junto a mí,
ser capaz de doblar otra vez mis rodillas,
caer rendido al saber que estás aquí.
He dejado pasar tanto tiempo,
he dejado de lado lo único que me hace vivir,
será por eso que toda la ilusión ha muerto,
será por eso que no tengo ganas de seguir.

Me recuerdas una y otra vez tus planes,
que tu amor de mí nunca se apartará,
pero he dejado de ver con los ojos de antes,
cambié la inocencia por la culpabilidad.
Dejé de mirar al frente de las situaciones,
he olvidado mi propósito principal,
necesito borrar todas esas emociones
que hacen que mi corazón no deje de llorar.

Si tan sólo chascaras tus dedos,
si tan sólo escuchara tu voz,
despertaría en tus grandes brazos,
temblaría otra vez mi corazón de amor.


Samuel Álvarez Conejos
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