ya no puedo dormir
tranquilo
sin pensar en que no
estás.
Si cada día que pasa
sólo pienso en tu
mirada
y en las palabras que
diré
cuando vuelva a ver
tu cara.
No dejaste nada en tu
recuerdo
ni avisaste que te
ibas,
es algo que ahora no
entiendo
-si lo llego a
entender algún día-.
Si te fuiste en mal
momento
y no hay retorno a
nuestras vidas,
no lograré empezar de
nuevo
e insistiré más cada
día.
Nunca sabré por qué
escribo estas palabras
que me salen sin
ningún esfuerzo,
porque mi mente
quiere olvidarte
mas en mi corazón
sigue tu recuerdo.
Quisiera ser veloz
como el viento,
incoloro e
indiferente
para escapar de este
tormento
que no logro quitar
de mi mente.
Quisiera detener el
tiempo
cuando te vea frente
a frente,
no pensar en el
presente
ni en el agua del desierto
que, como una llama
ardiente,
ha entrado en mi
pensamiento;
es mi amor que anda
pidiendo
-como último recurso
y sin fuerzas de
entenderlo-
un momento para
tenerte,
aunque sé que no te
tengo.
Samuel Álvarez Conejos