Quisiera no tener que ver mi pasado
como una sombra de mi presente,
quisiera poder ver en
mi futuro
el fruto bueno de lo
que ahora siembre.
No quiero declarar
sobre mi vida
las angustias que me
envolvieron siempre,
quizás porque nunca
quise aceptarlas
o porque nunca les
supe hacer frente.
Siempre nos enseñaron que el tiempo
curaría todas las
heridas,
mas aún espero
impaciente
que la cura llegue a
mi vida.
Los fracasos del día
a día
y las metas no
conseguidas,
¿para qué entonces la
valentía
de lo que llegará en
hora tardía?
Cuando el fuego esté
consumido
y no quede agua en mi
desierto
¿es entonces que veré
el resultado
de años sufriendo la
espera del tiempo?
No quiero que se me
pase la vida
luchando por un
mañana incierto,
que problemas tendré
todos los días
y creo que es mejor
reconocerlo,
porque está bien
pensar en mañana
pero así no disfruto
el momento,
prefiero morir no
siendo nada
a fracasar en el
intento
de querer ser algo en
el mañana
y hoy hundirme en el
lamento,
de intentar sanar mi
alma dañada
y ser por siempre esclavo del tiempo.
y ser por siempre esclavo del tiempo.
Samuel Álvarez Conejos