Siendo para mí extranjera,
de otras jergas y culturas,
lugar rico y con pobreza,
de gente honrada y con firmeza,
has leído mis sentidos,
ablandaste mi dureza,
cautivaste mi interés
por saber más de tu grandeza,
hiciste que hablara de ti
en mi ignorancia y mi torpeza.
Aún no entiendo que por nada
quiera dar todo por ti,
como dio tu gente en el pasado
dejándose así a un lado
sus ventajas, privilegios,
por estar siempre a tu lado;
por su patria, su cultura,
por su forma de nacer,
porque eres tierra querida
y todos te pueden querer.
Espero poder algún día,
si el tiempo me lo permite,
andar sobre tu humilde tierra,
y poder mirar con gran deleite
la historia que llevas detrás,
como sombra de tu nombre,
años queriendo cambiar
y sin hombre que te cambie,
siglos por madurar
sin ser regada por nadie.
Nueve letras componen tu nombre
y nueve razones por visitarte:
por tu gente, por tu lengua,
por tus tangos y escritores,
por tus «evas», por tus gauchos,
por tu amor a las naciones,
por las vidas fieles a su patria
que haces que se emocionen,
y porque algo has de tener
para que de ti escriban canciones.
Un nombre como cualquier otro,
lleno detrás de sentimientos,
de pasión por pocos vista,
que tú has podido ir conociendo.
pocas tierras como la tuya,
que sea por todos tan querida,
pocas que capturen corazones,
y que el amor de la gente consiga,
cómo entonces no he de quererte,
si a ti todos te quieren, Argentina.
Samuel Álvarez Conejos